domingo, 25 de mayo de 2008

Dios Anubis Museo del Cairo. Estatua de madera con incrustaciones de oro hallada por Howard Carter el 4 de noviembre de 1922 en la Estancia del Tesoro de la tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes.
Pintura del periodo bovidiense
Existente en la pared de un abrigo natural en Tassili (Argelia), donde pueden observarse dos perros en actitud de acosar a un bóvido mientras el cazador se acerca a la carrera.

Desde las primeras manifestaciones del Arte, el perro quizás por su nobleza, belleza de su estampa e inteligencia de su expresión, ha estado presente.
Posiblemente así, viéndole con los ojos de los artistas de todos los tiempos, se podrá contribuir a que el hombre sea, también, el mejor amigo del perro.

domingo, 11 de mayo de 2008

"el perro es el mejor amigo del hombre"

A pesar de que pueda creerse que la frase "el perro es el mejor amigo del hombre" es una creencia popular, no es así, fue pronunciada por primera vez por el abogado George Graham Vest, en estados unidos. La historia de esta frase es la siguiente:

Charles Burden, poseedor de un galgo llamado Old Drum, descubrió que su perro había sido asesinado. Averiguó que lo había matado su vecino a sangre fría, no en defensa propia y decidió denunciar el hecho. Su abogado, Geroge Graham Vest, pronunció el siguiente discurso en el juicio:

Caballeros del jurado: El mejor amigo que un hombre pueda tener, podrá volverse en su contra y convertirse en su enemigo. Su propio hijo o hija, a quienes crió con amor y atenciones infinitas, pueden demostrarle ingratitud. Aquellos que están más cerca de nuestro corazón, aquellos a quienes confiamos nuestra felicidad y buen nombre, pueden convertirse en traidores.

El dinero que un hombre pueda tener también podrá perderlo, se volará en el momento que más lo necesite.
La reputación de un hombre quedará sacrificada por un momento de locura o debilidad.

Las personas están dispuestas a caer de rodillas para honrar nuestros éxitos, serán los que arrojen la primera piedra, cuando el fracaso coloque nubes sobre nuestro porvenir.
El único, absoluto y mejor amigo que tiene el hombre en este mundo egoísta, el único que no lo va a traicionar o negar, es su PERRO.

Caballeros del jurado, el perro de un hombre está a su lado en la prosperidad y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad. Dormirá en el frío piso donde sopla el viento y cae la nieve, sólo para estar junto a su amo.

Besará la mano que no tenga comida para ofrecerle, lamerá las heridas y amarguras que produce el enfrentamiento con el áspero mundo.

Si la desgracia deja a su amo sin hogar y amigos, el confiado perro solo pide el privilegio de acompañar a su amo para defenderlo contra todos sus enemigos.

Y cuando llega el último acto, y la muerte hace su aparición y el cuerpo es enterrado en la fría tierra, no importa que todos los amigos hayan partido. Allí junto a la tumba, se quedará el noble animal, su cabeza entre sus patas, los ojos tristes pero abiertos y alertas, noble y sincero, más allá de la muerte.


La sala se llenó en un profundo silencio y algunos incluso se echaron a llorar, emocionados. El vecino y asesino del perro, Leónidas Hornsby, fue multado con 550 dólares.

Desconocido

Perros: buena excusa para fotografiar

"Ladro a los perros. Por eso el pequeño perro de una de mis fotografías salta en el aire. Mucha gente pregunta por ello; pues bien, le ladré. Él saltó. Le ladré. Él saltó… Un día, caminando por una calle de Kyoto tras una señora que paseaba con un perro que parecía interesante, ladré sólo para ver qué ocurría. Inmediatamente, ella se giró y golpeó con el pie a su desconcertado perro. Supongo que teníamos el mismo tipo de ladrido. Mi primera foto sobre perros publicada fue tomada en 1946. No recuerdo las circunstancias ni lo que tenía en mente. Probablemente nada en especial. El perro parecía divertido. Revisando mis hojas de contactos me daba cuenta de que aparecían con frecuencia perros. Así empezó este negocio. Uno de los primeros trabajos sobre el tema fue para un artículo de moda sobre zapatos de mujeres en The New York Times. Decidí fotografiarlos

desde su punto de vista porque los perros ven más zapatos que nadie. Las imágenes de perros funcionan en dos niveles. Son graciosos en ciertas situaciones, por eso a algunas
personas les gustan mis fotos, sólo porque les gustan los perros. Sin embargo, los perros poseen cualidades humanas, y por eso mismo creo que mis imágenes tienen un atractivo antropomórfico. Básicamente, no tienen nada que ver con perros… Quiero decir, espero que de lo que traten sea de la condición humana. Aunque la gente puede interpretarlas como quiera."

(Fragmentos de texto) Elliot Erwitt.

sábado, 10 de mayo de 2008

John Berger... también hablaba con los perros


“Probablemente fue un perro el que guió al fotógrafo finés hasta en momento y el lugar en el que tomó estas fotografías. En todas ellas, el orden humano está siempre a la vista, pero ha dejado de ocupar un lugar central y se aleja sigilosamente. Los intersticios están abiertos.

El resultado es inquietante: hay más soledad, más dolor, más abandono. Pero al mismo tiempo, hay una expectación que yo no he vuelto a experimentar desde la infancia, desde que hablaba con los perros, escuchaba sus secretos y me los guardaba para mí.”

John Berger, El tamaño de una bolsa. Santillana Ediciones Generales, España, 2001. Pág. 12

"el coyote lleno de pepitas de colores" (desde México...)


El nombre Coyotepec deriva del idioma náhuatl, lengua que hablan no solamente los habitantes de la comunidad sino muchos otros pueblos de diversas regiones de nuestro país. Coyotepec; literalmente quiere decir “En la montaña de coyote” ó “Lugar de los coyotes”, etimológicamente formada de las raíces siguientes; coyotl, coyote; tepetl, cerro, montaña y c, locativo de co que significa, en o lugar, que al contraerse o aglutinarse nos da Coyotepec.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Un pequeño cuento

“EL hombre que aprendió a ladrar”
Mario Benedetti

“Lo cierto es que fueron años de arduo y pragmático aprendizaje, con lapsos de desaliento en los que estuvo a punto de desistir. Pero al fin triunfó la perseverancia y Raimundo aprendió a ladrar. No a imitar ladridos, como suelen hacer algunos chistosos o que se creen tales, sino verdaderamente a ladrar. ¿Qué lo había impulsado a ese adiestramiento? Ante sus amigos se autoflagelaba con humor: “la verdad es que ladro por no llorar”. Sin embargo, la razón más valedera era su amor casi franciscano hacia sus hermanos perros. Amor es comunicación. ¿Cómo amar entonces sin comunicarse?

Para Raimundo represento un día de gloria cuando su ladrido fue por fin comprendido por Leo, su hermano perro, y algo más extraordinario aún, el comprendió el ladrido de Leo. A partir de ese día, Raimundo y Leo se tendían, por lo general en los atardeceres, bajo la glorieta y dialogaban sobre temas generales. A pesar de su amor por los hermanos perros, Raimundo nunca había imaginado que Leo tuviera una tan sagaz visión del mundo.

Por fin, una tarde se animo a preguntarle, en varios sobrios ladrido: “dime, Leo, con toda franqueza: ¿Qué opinas de mi forma de ladrar?”. La respuesta de Leo fue escueta y sincera: “Yo diría que lo haces bastante bien, pero tendrás que mejorar. Cuando ladras, todavía se te nota el acento humano”.